PARA LA REACTIVACIÓN DE LA ECONOMÍA SE REALIZÓ EL VIERNES DE MENUDO TRADICIONAL EN EL MARCO DE LA SEMANA DEL MIGRANTE
- Destaca el alcalde Humberto Salazar la calidad de la gastronomía popular del mercado municipal
La tradición de la cocina jerezana se expuso durante la celebración de la primera Semana del Migrante, con el Viernes de Menudo en el que tomaron parte locatarias y locatarios del área de comidas en el mercado Benito Juárez, que durante medio siglo han hecho de este platillo una costumbre muy jerezana.
Nuestra gastronomía del mercado es lo mejor de Jerez, el sazón jerezano es lo más destacado, dijo el alcalde José Humberto Salazar Contreras al encabezar esta actividad, que tiene por objeto contribuir a la reactivación económica del municipio, sobre todo en sectores que fueron afectados por la pandemia y al tiempo que extendió la invitación a toda la población para que goce del sabor jerezano que es ejemplo a nivel nacional, reiteró la bienvenida a todos los paisanos que arriban a su tierra en este periodo vacacional.
Acompañado de su esposa la presidenta honorífica del Sistema Municipal DIF Bertha Alicia García Duarte, la regidora Martha Alamillo Guzmán, el responsable de Atención al Migrante Rogelio Murillo Carrillo, el administrador de Plazas y Mercados Jesús Manuel Dorado Caldera y la presidenta del Comité Organizador de la Semana del Migrante Alicia de La Cruz, entre otros invitados, el alcalde acompañó a un grupo de migrantes y personas del municipio que tomaron parte de este evento que se realiza por vez primera y se pretende instituir con la Semana del Migrante.
Desde muy temprano, el olor característico impregnó la calle Zaragoza al norte del mercado municipal, donde una banda Sinaloense puso la alegría, al tiempo que los comensales disfrutaban del suculento platillo que ofrecieron 10 propietarios y propietarias de locales que todas las mañanas ofertan este producto a la población.
Fluyó el recuerdo de aquellas mujeres que por más de 50 años han hecho de este platillo uno de los más tradicionales de Jerez y el esfuerzo que representa preparar todo desde un día antes, dejar las vaporeras al fuego durante la noche, para que al salir el sol el producto esté listo para servirse en las mesas.
