Migrantes hondureños continúan hacia el sueño americano
Lagunas, Oax., 1 Nov (Notimex).- El camino cada vez se torna más difícil y entre más pasan los días, la primera caravana de migrantes centroamericanos que buscan el sueño americano empieza a reflejar el cansancio por tanto caminar.
Provenientes del municipio de Juchitán, donde estuvieron dos días, avanzan hacia Matías Romero, con ampollas en lo pies, lastimados, enfermos y bajo los intensos rayos del sol y casi 30 grados de temperatura.
Los niños y las mujeres embarazadas se han cansado de andar, algunas pudieron subirse a algún transporte, otras, van a paso lento, pero sin perder la esperanza de poder llegar a la frontera de Estados Unidos y pedir asilo, “o mínimo” a la Ciudad de México o Tijuana para poder encontrar un trabajo.
Desde que salieron de San Pedro Sula, Honduras, el pasado 12 de octubre, la seguridad es lo que menos les ha interesado, y más cuando dicen estar cansados de la miseria y la violencia que se vive en sus países.
Sonia Sarahí Valentín tiene 25 años y es originaria de Santa Rosa de Copán (Honduras) y señala que se vio en la necesidad de abandonar su país porque carece de oportunidades de encontrar un empleo.
Pese a los fuertes rayos del sol no se cansa de caminar, son más grandes las ganas que tiene de llegar a Estados Unidos para intentar mejorar las condiciones de vida de su familia.
“Vengo por necesidad, porque allá cuesta encontrar un emlpeo, a veces no tenemos ni para la comida, peor cuando tienes hijos, tienes más necesidades y por los hijos debes ver la manera de salir adelante”, dijo la mujer.
Relató a Notimex que tiene una hija de dos años, a quien dejó con su madre diabética, y es por ellas que, aunque el camino es difícil, “vamos al pie de la lucha, porque nuestra misión es llegar a Estados Unidos y salir de la pobreza en la que estamos en Honduras para prosperarnos por nuestra familia”.
“No quise traerme a mi hija para no exponerla, pero yo quise venir a luchar, de Honduras salí sin ningún lempira (moneda hondureña), me salí sin nada, sólo con mi maleta de ropa y una amiga que trae dos niñas y decidimos emprender el viaje y que sea lo que Dios quiera”, agregó.
Sonia dice que aveces se “agüitan” un poco y cuando eso sucede se dan ánimos entre ellos mismos para seguir adelante porque vienen con el firme propósito de llegar a Estados Unidos y salir adelante.